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Actualidad Económica

¿Nuestras empresas ante una guerra comercial?

PRENSA KUTXABANK | 22/03/2018

Tras anunciar la administración Trump su intención de incrementar los aranceles al acero y el aluminio europeos, analizamos con COFACE, líder mundial en seguro de crédito, las consecuencias de una hipotética guerra comercial.

En 1986 la publicación británica The Economist creó el índice Big Mac para tratar de comparar de forma homogénea el poder adquisitivo de los países y la equivalencia entre sus distintas monedas. Según dicho índice, en enero de 2018 sólo las monedas de tres países, Suiza, Noruega y Suecia, se apreciaban con respecto al USD.  Dicho en otras palabras, la mayor parte de las monedas –entre ellas el Euro o el Yuan– están artificialmente devaluadas frente al dólar.

La administración Trump ha anunciado su intención de combatir esta pérdida de competitividad subiendo los aranceles, de forma que las importaciones sean más caras. Según sus previsiones iniciales, cargará el acero europeo con una tasa del 25%, y el aluminio con un 10%. Se trata de compensar la depreciación del 8,4% que, según el índice Big Mac, tiene el euro frente al dólar. Son medidas muy básicas para nivelar la anormal fortaleza de la moneda norteamericana.

Cabe destacar que, por el momento, el riesgo de Estados Unidos se mantiene invariable para las grandes agencias de rating (AA+ para S&P o AAA para Fitch). De aplicarse finalmente estas medidas, en un primer momento tendrían un efecto sobre los países que comercian con Norteamérica.

La cuestión estriba en saber si la Unión Europea o China responderán con cargas a los productos estadounidenses. De ser así, incrementará todavía más su enorme dependencia de productos extranjeros. 

Si la medida de los aranceles norteamericanos es temporal, no se prevé que afecte de forma severa a la economía global. Sin embargo, en el caso de que Europa o Asia reaccionen con criterios igualmente proteccionistas, la mayor perjudicada será la propia economía estadounidense, al ser el país con mayor déficit comercial del mundo.

En 2018 se mantendrá la recuperación

Según el análisis de riesgo país elaborado por COFACE, el crecimiento mundial podría alcanzar su máximo nivel en 2018, con un aumento previsto del 3,2%. En los países emergentes, la recuperación puede ser incluso más fuerte, con un crecimiento del 4,6%, y, sobre todo, más sincronizada. En las economías avanzadas, se mantiene la tendencia descendente en el número de insolvencias, aunque está empezado a perder fuerza (la disminución prevista para el 2018 es de solo un 1,8%, tras una caída del 6% en 2017), ya que muchos países han regresado a niveles previos a la crisis. Reino Unido registrará un incremento de las insolvencias (de hasta un 10%) en un contexto de persistentes incertidumbres políticas.

Sin embargo, esta mejora mundial no está exenta de riesgos, por lo que Coface advierte sobre tres riesgos principales.

En primer lugar las mayores restricciones de oferta en las economías avanzadas. A partir de la segunda mitad del año, el problema de recalentamiento será particularmente relevante para las empresas de las economías avanzadas. Históricamente los bajos niveles de desempleo en Alemania, los Estados Unidos y Centro Europa, indican que las empresas están alcanzado su nivel máximo de capacidad de producción. Este problema de oferta es compartido con las empresas francesas, que paradójicamente se enfrentan a una escasez de mano de obra a pesar de los altos niveles de desempleo, lo que podría limitar su crecimiento. 

Además, el riesgo bancario todavía está presente en China. Ocultas temporalmente en 2016 y 2017 como resultado de la inversión pública, las debilidades estructurales están resurgiendo en la economía china: exceso de capacidad del acero y aumento de la deuda corporativa en forma de crédito bancario y de operaciones bancarias en la sombra (“shadow banking”). En este contexto, el riesgo bancario aumenta significativamente, especialmente para los bancos pequeños y medianos.

En tercer lugar, no se puede descartar un resurgimiento del riesgo político en 2018. La frustración social sigue siendo alta en los países emergentes, con el comienzo de un intenso año electoral  acompañado de  nivel de riesgo de conflicto elevado según Coface en Irán (71%), Líbano (65%) Rusia (64%), Argelia, Brasil y México (61% cada uno). En Oriente Medio, el riesgo se ve agravado por la volatilidad de los precios del petróleo. En este sentido, Arabia Saudí también se caracteriza por un alto nivel de riesgo (valoración del 65%) por lo que Coface ha degradado la evaluación del país a C.