Pensiones ante el reto demográfico. Fórmulas complementarias de previsión
El mundo se enfrenta a un notable incremento de la población, con consecuencias directas en el ámbito rural, la atención sanitaria, el cuidado de los mayores, el modelo productivo y el sostenimiento de las pensiones.
El incremento constante de la longevidad, sumado a una natalidad en descenso, desencadena un cambio radical en la población activa.
Este cambio es global pero afecta más a los países desarrollados y España es uno de los países en los que la pirámide de población está cambiando con mayor intensidad. Por un lado, cuenta con una de las esperanzas de vida más largas (más de 80 años en el caso de los hombres y por encima de los 85 años en el de las mujeres); y, por otro, una de las tasas de natalidad más bajas (1,1 nacimientos por mujer).
Estas cifras apuntan a que la proporción entre la población de 70 años o más que percibe la pensión y la población en edad de trabajar (entre 16 y 67 años) aumentará en 20 puntos porcentuales (pp) en los próximos 25 años, elevándose del 24% al 43%.
Los movimientos demográficos tienen un dimensión planetaria: la OECD ha alertado sobre los problemas derivados de la creciente longevidad, entre ellos, un incremento de las discapacidades por envejecimiento, una mayor demanda sanitaria y la creciente necesidad de dotar de más recursos a la atención de los mayores. El Fondo Monetario Internacional, por su parte, pone el foco en los efectos de la transición demográfica sobre el ahorro, las inversiones y los riesgos asociados a la productividad. Y, la Comisión Europea ha trabajado en un paquete de iniciativas en torno a la Smart Silver Economy.
PILARES DEL AHORRO PARA LA JUBILACIÓN
En este contexto, la sensibilidad sobre la evolución del sistema público de pensiones crece, así como la reflexión sobre fórmulas complementarias de previsión.
En la actualidad, existen tres pilares fundamentales para el ahorro destinado a la jubilación:
- el Estado y las pensiones públicas;
- los planes de previsión empresarial; y,
- los planes de ahorro a la jubilación individuales, que en Euskadi se instrumentan a través de las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSVs).
El primer pilar es obligatorio, mientras que los otros dos son voluntarios, a diferencia de otros países como Suiza en el que los planes de previsión de empresa también tienen carácter obligatorio.
Con el objetivo de impulsar los planes de previsión empresarial, se aprobó la Ley 12/2022 de regulación para el impulso de los planes de pensiones de empleo, que impulsó la creación de tres nuevos vehículos de previsión social complementaria: los planes de pensiones de promoción pública, los planes de empleo sectoriales y los planes de empleo simplificados, destinados principalmente a pymes y autónomos.
En este ámbito cabe destacar ejemplos como la recientemente creada Etorkizuna EPSV de Empleo para las empresas y trabajadores del sector de la construcción de Bizkaia, gestionada y administrada por el Grupo Kutxabank , el plan de previsión de empleo preferente para autónomos, promovido por las Cámaras de Comercio, con el respaldo del Gobierno Vasco e integrado en Kutxabank Empleo EPSV de Empleo y el nuevo plan de pensiones de empleo simplificado, fruto de la colaboración entre Cajasur, Kutxabank y el Consejo Andaluz de Colegios Profesionales de Economistas .
El tercer pilar del ahorro para la jubilación, los Planes de Pensiones Individuales, se han consolidado como una herramienta eficaz y valorada por los ciudadanos para complementar su pensión: en 2023, se destinaron más de 1.500 millones de euros a estos planes en España y el número de cuentas se situó en 7,34 millones, lo que supone que el 15,3% de las personas ahorra para la jubilación a través de Planes de Pensiones Individuales. En Aragón, La Rioja, Madrid y Castilla y León esa cifra se eleva por encima del 18%; mientras que Segovia (22,7%), Soria (22,7%) y Teruel (21,7%) cuentan con un mayor porcentaje de ahorradores en planes de pensiones, en función de su población.
El ahorro acumulado en Planes de Pensiones Individuales se elevó a 84.923 millones de euros en 2023. Cuatro Comunidades Autónomas (Cataluña, Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana) acumulan el 65,4% del ahorro en Planes de Pensiones Individuales, aunque su población representa el 60% del total nacional.
LA FISCALIDAD, UN ELEMENTO CLAVE
Las cantidades que se aportan a un plan de pensiones pueden ser desgravadas, reduciendo la base imponible del IRPF del contribuyente y propiciando, así, un ahorro fiscal. La cantidad a desgravar está limitada a un máximo de 1.500 euros por contribuyente. Así mismo, este límite se podrá incrementar en 8.500 euros anuales tanto por contribuciones empresariales como por aportaciones de las personas trabajadoras o en 4.250 euros anuales mediante aportaciones a los planes de empleo sectoriales.
En Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, las Haciendas Forales permiten a los socios de los planes de previsión ( EPSV ) aplicar deducciones fiscales hasta los 8.000 euros en el sistema de empleo y de 5.000 euros en el individual. Esta fiscalidad variará en 2025, cuando entre en vigor la reforma fiscal, una vez se apruebe en las Juntas Generales de cada territorio histórico.