Kutxabank Empresas

Actualidad Económica

Del análisis de impacto a la contabilidad social… domesticando la quimera

Domesticando la quimera - Newsletter Empresas Kutxabank 2021

DEUSTO BUSINESS SCHOOL | 12/04/2021

Jose Luis Retolaza
Profesor de Deusto Business School

En el texto se reflexiona sobre el potencial y los límites de los análisis de impacto social, y se propone la contabilidad social como condición de posibilidad para poder comprender de forma universal el impacto social generado por las empresas y organizaciones.

En los últimos tiempos el impacto social se está convirtiendo en un tema de moda. Pudiera dar la impresión de ser una cuestión innovadora que surge de forma reciente en la reflexión económica. Nada más lejos de la realidad. El impacto social es el gran problema de la economía clásica, cuando está todavía se denominaba Economía Política. La economía neoclásica y la macroeconomía, que de ella se deriva, son un canto a la sistematización del análisis del impacto de la economía en la sociedad. Así las cosas, el impacto social ha sido un elemento clave en la comprensión del acontecer económico del último siglo. ¿Por qué entonces surge con fuerza en este momento?...

Antes de responder a esta cuestión, debemos hacer un distingo importante. Su referencia exclusiva al “non profit” o al conjunto de la economía. En el primer caso, característico del mundo anglosajón, se entiende que el sistema de análisis económico clásico resulta pertinente para las actuaciones económicas con ánimo de lucro, pero no para las de carácter social, que funcionan mediante otras reglas. Dado que la información económico financiera no proporciona un buen análisis para este tipo de actuaciones, es necesario que realicen análisis complementarios de impacto social. En este contexto, el impacto social se convierte en una exigencia adicional a las entidades de no mercado, que deben rendir cuentas mediante parámetros diferentes a las de mercado. El SROI y la mayoría de las medidas propiciadas por las grandes entidades estadounidenses del tercer sector responde a este esquema; y su potencial transformador resulta escaso.

Pero a partir de la interiorización de la crisis del 2008 y del desarrollo de la preocupación por la sostenibilidad, nos encontramos con otra acepción más amplia del impacto social, aquella que hace referencia a la Economía en su conjunto. Parecería la propugnada por los ODS, si no fuera por la ambigüedad calculada de estos. Si profundizamos en esta interpretación, el análisis del impacto resulta, cuanto menos, un cuestionamiento al impacto predicho por la microeconomía clásica, medido mediante sus correspondientes magnitudes macroeconómicas. En este contexto se convierte, no en un complemento, sino en un cuestionamiento a todo lo que sabemos sobre Economía. Una línea de reflexión mucho más interesante, pero también más compleja y arriesgada.

Ubiquémonos en esta segunda perspectiva, pero para ello vamos a intentar comprender mejor uno de los aspectos cruciales del análisis de impacto: la causalidad. Así, el elemento fundamental de análisis de impacto es la existencia de una relación causal entre ciertas actuaciones realizadas y algunos resultados finales obtenidos (outcomes); pero determinar las relaciones causales entre un conjunto de variables complejas es sumamente complicado. Es necesario aislar el elemento causal (variable independiente) y establecer una relación con los efectos (variable dependiente), para lo cual es necesario controlar que hubiera ocurrido si no se hubiera realizado la actuación (variables de control). La aplicación rigurosa de este análisis conlleva un esfuerzo altísimo, en la mayoría de las ocasiones su coste sería superior al efecto obtenido; por lo cual su realización al conjunto de las actividades económicas, no sólo no es posible, sino que carece de sentido. Indudablemente puede seguir utilizándose en ámbitos específicos de intervención para identificar el impacto de algunas actuaciones determinadas, pero su generalización resulta imposible. Nos encontramos con una situación similar al principio de indeterminación de Heisenberg: podemos conocer mucho de una actuación determinada, o poco de un conjunto muy amplio de actuaciones, pero conocer mucho de un conjunto muy amplio de actuaciones resulta imposible. Así pues, debemos abandonar la generalización de los análisis centrados en los “outcomes”, o degradarlos a una mera caricatura, como cuando se utilizan múltiplos de 5 en las previsiones de decrecimiento vinculadas al SROI.

¿Significa esto que no podemos hacer nada y debemos dejar el tema cómo está?... No. Como en otras muchas ocasiones, lo mejor es enemigo de lo bueno. La persecución del análisis de la relación causal entre las actuaciones realizadas y los outcomes generados, es un fin encomiable; pero que se debe reservar a los momentos estrictamente necesarios. El análisis del impacto social puede mantener su universalidad centrándose en los outputs (actuaciones intermedias), a ejemplo de la contabilidad económico financiera. Así es posible proponer, como hace recientemente Freeman1, una ampliación de la contabilidad, referida tanto al conjunto de stakeholders (inversores, trabajadores, clientes, usuarios, proveedores, administración pública, ciudadanos) como a las diferentes formas de transferencia de valor (de mercado, no mercado y emocional).

¿Significa una renuncia a los análisis de impacto?... No. Significa tomárnoslos en serio. La contabilidad social (stakeholder accounting), centrada en outputs, permite una generalización urbi et orbi; a partir de la cual, el propio agente, la administración o cualquier tercero interesado puede realizar de forma normalizada los análisis de impacto pertinentes. Así, menos, es más, ya que un análisis, aparentemente más superficial, se torna condición de posibilidad para poder realizar un análisis exhaustivo de impacto.

[1] Freeman, E., Retolaza, J. L., & San José, L. (2020). Stakeholder Accounting: hacia un modelo ampliado de contabilidad. CIRIEC-España, revista de economía pública, social y cooperativa, (100), 89-114.