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Algunas notas sobre la atracción y retención del talento en esta época (post)covid

Algunas notas sobre la atracción y retención del talento en esta época (post)covid

DEUSTO BUSINESS SCHOOL | 23/12/2021

Dr. Tontxu Campos

Profesor de Deusto Business School


A la vista está que la pandemia ha ocasionado numerosos cambios en la sociedad, en general y, en el mundo laboral, en particular. Uno de los que más llama la atención es el denominado “la gran dimisión”. Este término se atribuye al Profesor Anthony Klotz de Mays Business School en la Universidad Texas A&M, y con él quiere describir el fenómeno de las numerosas renuncias al puesto de trabajo que se están produciendo en Estados Unidos a partir de la primavera de 2021. A decir de todos los expertos, tal y como se recoge en los medios de comunicación de todo el mundo, millones de trabajadores y trabajadoras norteamericanos están abandonando sus puestos de trabajo tras haber vivido los diferentes efectos de la pandemia.

Las causas para esta renuncia a su empleo están siendo estudiadas por economistas y, al parecer, la cuestión se basa en que las personas desean redefinir su relación con el puesto de trabajo. Ya no es una mera cuestión de trabajar para “pagar las facturas”, sino que ahora se buscaría un mayor equilibrio entre la vida personal/familiar y la laboral, y el puesto de trabajo deberá coadyuvar a materializar el propósito personal de quien lo ejerce.

Es verdad que algunas voces críticas indican que un suceso que afecta al 3% de la fuerza laboral de EE.UU. no debiera recibir tanta atención. “Si ahora hay 10.000.000 de ofertas de puestos de trabajo y solo 7.000.000 de personas inscritas en el desempleo, lo que tiene que hacer la Dirección de las empresas que buscan trabajadoras y trabajadores es competir por los y las mejores ofreciendo mejores condiciones laborales” sería su tesis.

A nuestro alrededor, parece que este éxodo no se estaría produciendo, pero ¡ojo!, una investigación de la OCDE señala que han desaparecido 20.000.000 de personas del mercado laboral en Europa después del coronavirus (no por fallecimiento, sino porque han decidido salir de él).  

Y, ante este panorama, ¿qué hacemos? ¿Dejamos que las cosas sigan su “marcha natural” (cualquiera que esta sea)? O, ¿reflexionamos al respecto?
En estos momentos, las empresas que más éxito tienen son las que han declarado existir para alcanzar un “propósito” y las personas que trabajan en ellas abrazan el mismo porque creen en él y porque les ayuda a materializar el suyo propio. En la dicotomía capital vs. talento está siendo el talento el que juzga a la empresa por sus principios y por sus obras (también se empieza a ver esta tendencia en los fondos de capital).

Partiendo de este propósito, es necesario construir una fuerte cultura de empresa: sus valores, sus principios, sus modos de ser y hacer (como si fueran personas, de hecho, así se definen en la ley, como personas jurídicas) les dotan de una personalidad característica que las hace atractivas o repulsivas, y, nadie quiere pasar una gran parte significativa de su vida en organizaciones anodinas o con un propósito y una cultura con la que “no comulgan”.

Una vez que estos elementos subjetivos se han diseñado y materializado de manera atractiva para las personas, cabe reflexionar sobre los elementos objetivos. Para ello, podemos fijarnos en una investigación realizada en 2019 en Silicon Valley (un entorno dominado por la cultura digital, factor clave en el teletrabajo que ha dominado en gran parte nuestra actividad laboral durante la pandemia).

El resumen de los resultados de esta investigación se ofrece en la siguiente tabla:

 
Fuente: Salgado, K.; Flegl, M. y Fejfarová, M. Abril 2020. Business.

Lo que el estudio concluye, básicamente es que dos son las áreas que motivan más a las personas en sus puestos de trabajo: el equilibrio con su vida personal y la formación. En el primer caso, las vacaciones extra y la flexibilidad son los factores motivadores más importantes; en el segundo caso, es la formación en idiomas (un clásico) y especialmente la formación que les permite un mayor desarrollo de nuevo - personal y profesional.

Por lo tanto, para crear esa adhesión al proyecto que todo empresario busca de sus empleados, los valores y políticas que se vivan en la organización deberán apuntar en esta dirección: asegurar la proyección de nuestros equipos ayudando a cada uno de sus miembros a crecer y desarrollarse.

Invertir en nuestros equipos tiene más sentido que nunca para captar, hacer crecer y retener el talento en nuestras organizaciones y a su vez, revierte en valor para la comunidad, la sociedad. Ciudadanos más formados y con vidas más equilibradas favorecerán un desarrollo mayor y más sano.