Transformación digital
DEUSTO BUSINESS SCHOOL | 01/10/2024
Tengo un Lada Niva VAZ 2121, un todoterreno de fabricación soviética diseñado en los años 80. Mi unidad data de 1990 y cumple con la función para la que fue construido y vendido. De hecho, el Lada Niva, tal y como fue concebido se ha vendido entre los años 1977 y 2020, con apenas modificaciones. Así que, conducir mi Lada Niva, supone todo un reto: no tiene dirección asistida, ni elevalunas eléctricos, ni cierre centralizado, ni freno eléctrico…
Con los procesos de negocio, en cierta manera ha ocurrido lo mismo: muchos fueron diseñados a finales del siglo XX o primeras décadas del siglo XXI, e implantados mediante herramientas tecnológicas y, en muchos casos, parecen seguir funcionando y seguir siendo válidos … aunque digamos que “con carencias”.
¿Qué ha cambiado – en lo referente a las Tecnologías de la Información y los procesos de negocio - en los últimos años, y más profundamente en las últimas dos décadas? Pues probablemente lo mismo que con mi Lada Niva: si lo comparamos con un 4x4 de hoy en día, en cierta manera, ambos tienen tracción integral y permitirían acceder por pistas y caminos no asfaltados e inclinados, pero el trayecto ¿sería igual en el Lada Niva que en un 4x4 moderno, con reductora y diferencial electrónicos, frenos ABS, dirección asistida, elevalunas eléctricos, cierre centralizado, freno de mano automático….?
Las tecnologías de la información han conllevado e incorporado en los últimos años un sinfín de avances sobre los que pivota el nuevo mundo “digital” que hemos dado en llamar, en el ámbito de negocio, Industria 4.0. Dentro de estos avances, hay tres especialmente relevantes o que – en cierta manera – aglutinan todos los demás.
El primero de estos avances es el incremento de la capacidad de procesamiento, que se duplica cada 18-24 meses. La segunda de estas palancas clave es el coste del almacenamiento: saca la cuenta del coste de almacenar un Gigabyte hoy en día… y eso sin contar el acceso al almacenamiento en la nube que ponen a nuestra disposición diferentes proveedores como Google, Amazon, Apple, … El tercer factor, y no menos importante es la capacidad de las comunicaciones. Nos cuesta imaginar nuestra vida sin una FTTH (fibra) de menos de 300 Mbps o incluso 600 Mbps o más.
Todo ello nos permite almacenar, procesar y compartir cantidades ingentes de información: la era del “Big Data” no sólo por su magnitud, sino especialmente, por sus implicaciones. En la actualidad, estas tres palancas, nos habilitan para almacenar tanta información como queramos, procesarla en tiempos increíblemente cortos - incluso en tiempo real (bien sea en ordenadores unitarios o haciendo uso de procesadores “virtuales” que la nube pone a nuestra disposición) –, y transmitirla y/o colaborar con decenas y cientos de usuarios incluso a miles de kilómetros de distancia, como si estuviéramos compartiendo un gran y gigantesco entorno de computación ubicuo.
Así que, llega el momento de plantearnos si, nuestros procesos de negocio, concebidos e implantados hace una, dos o más décadas, igual que el Lada Niva, siguen siendo válidos o es preciso revisitarlos y … transformarlos.
Porque la sociedad, nosotros como personas, como ciudadanos y como clientes, también nos hemos transformado “digitalmente”. Nuestros comportamientos han cambiado, se han transformado, siendo más digitales, y por ende también se han de transformar los procesos de las administraciones digitales, los procesos de negocio,…
Realizar una transferencia bancaria, comprar un billete de transporte, adquirir un producto o servicio, … son procesos que, si bien conceptualmente se basan en la misma idea que hace dos o tres décadas, han cambiado radicalmente. No sólo porque incorporan nuevas variables como la omnicanalidad o la inmediatez, el seguimiento en tiempo real, probadores virtuales… sino porque además han auspiciado la aparición de nuevos “players” inimaginables cuando se diseñaron, “Bizum”, “Paypal”, “Amazon”, “Uber”, “AirBnB”,…
Tenemos que transformarnos. Si no somos capaces de ofrecer al cliente una experiencia, un producto o servicio que precisa, en el momento preciso, a través de cualquier canal … puede ocurrirnos como al Lada Niva. Se fabricaron millones de unidades. Es uno de los 4x4 más fabricados de la historia. Satisfizo la necesidad de muchas familias, pero ya no sigue siendo válido. Nadie disfrutaría de una experiencia de usuario conduciendo un vehículo ruidoso sin, por ejemplo, dirección asistida.
Es trascendental enfrentarnos y acometer la Transformación Digital antes de que sea demasiado tarde y este factor tiempo es la gran incógnita. Lo cierto es que cuanto antes acometamos la transformación de nuestros procesos de negocio, menos riesgo tendremos de quedar desubicados en este mundo digital.